La decepción.
Darse cuenta de que no todo es lo que parece, de que no todos son quien dicen ser, aparientan lo que no son. Esa decepción al descubrir que los amigos, los buenos, se cuentan con los dedos de UNA mano. Vivimos en un mundo de hipocresía, en donde los más capullos son los que triunfan. Y por qué? Porque la vida es un misterio lleno de injusticias.
Simplemente prefiero que la gente me odie por ser quien realmente soy, a que me ame por algo que no soy.
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